Autora invitada:  Erica de Mamás por el mundo

Existen pocos recursos sobre la crianza bilingüe en adolescentes. ¿Cuál es mi secreto?

Consejos:

El mayor secreto para iniciarse en algo es tener la motivación y en cuanto a crianza se refiere es algo fácil de identificar y no tan sencillo de organizar. Teniendo la motivación, que incluye no solo el por qué quiero que mis hijos sean bilingües sino por qué creo que es importante para ellos y no solo para mí que hablen más de un idioma, ya tendremos gran parte del camino trazado.

Por lo general la respuesta a esto es que queremos que hablen con sus abuelos, que conozcan la cultura y el idioma de donde proviene al menos uno de sus padres y esos motivos no alcanzan si no trazamos algún tipo de plan de acción.

Esto significa buscar recursos adecuados para llegar a este fin.

La estimulación temprana en el hogar es un buen ejercicio a través de cuentos y canciones y luego queremos que pase a otro nivel con lenguaje, lectura y escritura. No todos los padres somos expertos en este tema y es importante identificar quienes pueden ayudarnos en este recorrido.

En mi caso personal puedo decir que no teníamos la cantidad de recursos que existen hoy como son las aplicaciones y clases online, pero de alguna forma recreaba todo eso. Siendo psicopedagoga tuve herramientas en el hogar desde lo profesional y personal para llevar a cabo este proceso. Mis hijos de 18 y 16 hoy hablan y escriben español de manera fluida. Si dijese que lo hacen a la perfección estaría mintiendo, pero el nivel con el que manejan el español es admirable al ser uno de los idiomas que no utilizan en su entorno social y académico, solo en el hogar.

Algunos ejemplos de cómo lo incorporamos en la rutina con adolescentes:

  • intercambiamos únicamente textos en español
  • hablamos exclusivamente español en el hogar
  • tenemos a mano libros y revistas en español
  • el menú de la consola de juegos se encuentra configurado en español
  • toman clases de español en la escuela, a través del deporte y la música

Hemos llegado hasta aquí con mucho esfuerzo, reafirmando que la cultura y el idioma del hogar son un beneficio y un aliado. No ha sido fácil, hemos cambiado de país 3 veces y en cada etapa hubo que ir adaptándose sin perder nuestra identidad familiar. Respeto por el otro y por nosotros mismos fue el estandarte de nuestra familia que enfrentó miradas en la calle cuando hablábamos en español y como mamá les expliqué a mis hijos y les di el lugar para que expresaran sus sentimientos ante esto.

Con el tiempo todo lo que se siembra paso a paso y con mucho esfuerzo da sus frutos, pero siempre cuidándolo de cerca y pasando la antorcha a las nuevas generaciones para que valoren ese legado y se lo apropien realmente.

Cuando mi hijo mayor se mudó a su universidad y decoró su habitación con una bandera de mi país de origen, que de alguna forma es también el suyo, una voz interior me dijo ´misión cumplida´.

Sobre la autora:

Erica es argentina, psicopedagoga y consultora en expatriación. Vive en en el extranjero junto a su familia desde hace 25 años, en ciudades como París, Montreal y actualmente en Nueva York. Su vida cotidiana, sentimientos y profesión están en gran parte condicionados por la distancia, por las nuevas culturas que ha conocido y las experiencias que le han permitido crecer personal y profesionalmente.

Puedes contactar a Erica directamente a través de su sitio web  Mamas por el mundo y en las redes sociales:  Facebook, Instagram y Twitter

 

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